En definitiva, pretende ayudar a los agricultores a mejorar la calidad de sus cultivos y aumentar la rentabilidad de sus explotaciones.
En 2017 se firmó el Convenio Marco sobre reempleo de granos para siembra, que aporta transparencia al sector de cereales y asegura mayor calidad y rendimiento de los granos. Se trata de un acuerdo esencial para que el sector pueda seguir siendo rentable y sostenible pues, gracias a él, se estimulan los programas de investigación con los que se obtienen variedades que se adapten mejor a las necesidades específicas de cada zona, contribuyendo así a mejorar la sostenibilidad de los cultivos y a mantener la competitividad de las explotaciones.
La semilla es el punto de partida de todo cultivo y, la elección de la variedad adecuada puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de una cosecha. Es por ello que trabajamos incansablemente para mejorar el conocimiento sobre las ventajas que aportan las nuevas variedades vegetales. A través de la investigación y el desarrollo de programas especializados, se busca no solo optimizar los rendimientos y la resistencia de los cultivos, sino también fomentar la sostenibilidad y la preservación del medioambiente.
Semilla certificada: innovación, garantía y seguridad para la agricultura
La semilla certificada es el fruto de la investigación en la mejora genética y de la innovación tecnológica. Gracias a la semilla certificada, el agricultor tiene los medios suficientes para realizar una agricultura de calidad, sostenible y económicamente eficiente.
Existen motivos de peso para el uso de semilla certificada, desde la consecución de un mayor rendimiento y una mayor calidad, respaldada por mejores cosechas y más “sanas”, hasta una mayor ahorro -provocado, entre otros aspectos, por una menor dosis de siembra- pero, pasando, a su vez, por una mayor sostenibilidad. Todo ello viene respaldado por una potente innovación en la calidad de las semillas que permitirá innovar también en los sistemas de producción y comercialización de cereales, por el conocimiento previo del material disponible para la siembra.
Uno de los aspectos fundamentales de nuestro enfoque es la promoción del uso de semilla certificada. Esta es el resultado de un proceso riguroso de selección y mejora genética, que garantiza la calidad y la uniformidad de las plantas. Además, su uso permite la inversión en programas de investigación para el desarrollo de nuevas variedades, un proceso que requiere tiempo y recursos económicos significativos. Se trata de concienciar acerca de los beneficios, tanto para el agricultor, como para el sector en su conjunto, que se obtienen al emplear semilla certificada, considerándose la mejor opción para conseguir la mejor cosecha.
A través de campañas de concienciación y difusión de la normativa vigente sobre el reempleo del grano para la siembra, buscamos informar y educar tanto a los agricultores como a la sociedad en general. La producción y comercio de semillas y plantas es una actividad regulada y sujeta a autorización y control administrativo, que debe situarse dentro de un Sistema de Certificación reconocido. Desde las cooperativas los agricultores pueden abastecerse legalmente de semilla de cereales, a través de dos vías: a) Semilla certificada adquirida en el mercado y b) Reempleo de granos para siembra producidos por sí mismos. El respaldo a las variedades protegidas por parte del agricultor hace posible que se pueda seguir trabajando en la obtención de nuevas variedades.
Pero el trabajo va más va más allá de la promoción de la semilla certificada. También se busca ayudar a los pequeños agricultores a adaptarse a nuevas tecnologías y prácticas agrícolas, brindándoles información y acceso a recursos. Esto se logra mediante programas de asesoramiento y capacitación que fortalecen sus habilidades y competitividad en un entorno globalizado en constante cambio. Con el objetivo de mejorar el conocimiento de los agricultores sobre las ventajas que aportan las nuevas variedades vegetales, así como la promoción del uso de semilla certificada, en colaboración con las federaciones de cooperativas y las cooperativas, el pasado año se llevaron a cabo más de diez ensayos demostrativos que sirvieron para acercar la importancia y el valor de la semilla a los socios de nuestras cooperativas.
Los cooperativistas en sus visitas a campo pudieron visualizar las ventajas del buen manejo de la semilla frente al uso del grano almacenado durante el tiempo de cosecha a la siembra. Estos ensayos les permitieron comparar, en las mismas condiciones, los diferentes resultados de las siembras de semillas de variedades certificadas y granos acondicionados. La primera conclusión fue el mejor comportamiento de la semilla certificada y con un mayor porcentaje de germinación, con un mayor índice de ahijamiento, lo que se traduce en un mayor nº de plantas/espigas y a largo plazo, mayor producción. En definitiva, se pudo observar que la semilla certificada nos asegura una buena germinación, nascencia e implantación del cultivo, vitales para el devenir del mismo. En aspectos como la sanidad y la pureza varietal, se pudo ver como la semilla certificada marca la diferencia.
Asimismo, la investigación es un pilar fundamental en esta labor conjunta. Se promueve la colaboración entre científicos, agrónomos y expertos en diferentes áreas para desarrollar soluciones innovadoras que impulsen la agricultura sostenible. Desde el mejoramiento genético de las plantas hasta la implementación de prácticas agrícolas respetuosas con el medioambiente, se busca encontrar respuestas a los desafíos actuales y futuros. La colaboración con Red ARAX y Jornada Cultiva son un buen ejemplo de ello.
Resultados positivos campaña a campaña
Los resultados positivos que benefician a la producción de cereales se ven campaña a campaña. El objetivo es que un alto porcentaje de la semilla empleada sea certificada, y reducir el uso de grano no controlado. La estimación, para la campaña 24/25, de consumo de semilla certificada apunta a casi el 44%, habiéndose duplicado en los últimos 10-12 años, y sugiere un crecimiento de más del 14% respecto a la campaña anterior. En el mercado controlado ya se consumen 600.000 toneladas de las 920.000 toneladas que se están usando. De estas, 2/3 son de semilla certificada y 200.000 toneladas son de semilla acondicionada.


Con esta dinámica, se ha producido una aceleración de la innovación varietal lo que demuestra el hecho de que la vida comercial de las variedades ha pasado de más de 20 años a 10 años de media, para las principales especies.
Agricultores contra el Cambio Climático
Pero Grano Sostenible no solo se enfoca en la producción agrícola. También promueve la concienciación sobre la importancia de la agricultura en la lucha contra el cambio climático. Bajo el lema «Agricultores contra el cambio climático», este proyecto busca ayudar a los agricultores a adaptarse al clima y concienciar a la sociedad sobre la necesidad de comprometerse en esta lucha.
El cambio climático y su impacto en nuestros rendimientos es un reto importante para el sector. La frecuencia sostenida de temperaturas, por encima de las medias históricas, en los meses más críticos para el correcto final del ciclo del cereal, obliga a trabajar para tener variedades adaptadas a sequías más prolongadas y adaptadas a las subidas de temperatura. Para ello es fundamental trabajar en la mejora genética aportando los recursos necesarios para la investigación y mejora de variedades y promoviendo el uso de semillas certificadas. La semilla certificada y el correcto acondicionamiento del grano para siembra aportarán recursos que servirán para ayudar a los agricultores a superar los desafíos a los que se enfrentan.
Así, se trabaja en la obtención de nuevas variedades que mitiguen los impactos del cambio climático pero, además, que permitan garantizar el suministro seguro de alimentos.